Por lo pronto sabíamos con certeza que el aprendizaje de un segundo o tercer idioma contribuía con vehemencia a las sustanciales mejoras académicas de los más peques, aparejadas éstas a un incremento de las capacidades cognitivas referidas a la resolución de problemas e incluso el enriquecimiento cultural.
Empero, lo que todavía no teníamos en cuenta eran las novedades que trae recién sacadas del horno investigaciones venidas desde La Universidad de Oregón (EE.UU.). Según el balance de las citadas investigaciones, el aprendizaje de idiomas en las edades tempranas contribuye fehacientemente a que los niños tengan una mayor capacidad de control sobre su propio comportamiento y para más inri, tengan una mayor capacidad de atención que los niños que únicamente se manejan en un solo idioma.
Asimismo, también se sonsacó con seguridad a partir de los estudios que los niños que aprenden otra lengua en etapa infantil son capaces de desarrollar una mayor capacidad para controlar sus propios impulsos de respuesta, lo que denominamos como control inhibitorio, lo que favorece sin lugar a dudas su reacción ante decisiones o nuevas noticias.
Con este panorama, el elenco de beneficios que reporta el aprendizaje de idiomas se amplia aún más y nos hace afirmar con mayor seguridad si cabe que introducir las actividades de aprendizaje de nuevas lenguas en el organigrama de los más jóvenes de la casa les hace desarrollarse y alcanzar la mejor de versión de ellos mismos. Sobre todo en aquellas actividades en las que asocian los idiomas con ratos amenos, divertidos y entretenidos.
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